... por seguir conociendo a las personas ...
sábado, 20 de octubre de 2007
CONOCER, APRENDER, SENTIR
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martes, 16 de octubre de 2007
El Orfanato (2007)
País: España
Año: 2007
Género: Thriller sobrenatural
Interpretación:
- Belén Rueda (Laura)
- Geraldine Chaplin (Aurora)
- Fernando Cayo (Carlos)
- Roger Príncep (Simón)
Guión: Sergio G. Sánchez
Producción ejecutiva: Guillermo del Toro
Música: Fernando Velázquez
SINOPSIS: "Laura (Belén Rueda) regresa con su familia al orfanato donde creció, con la intención de abrir una residencia para niños discapacitados. Allí, el pequeño Simón (Roger Príncep), hijo de Laura, comienza a dejarse llevar por unos extraños juegos que generan en su madre gran inquietud, ya que dejarán de ser una mera diversión para convertirse en una amenaza. Una serie de inesperados acontecimientos obligarán a Laura a bucear en el dramático pasado de la casa que de niña fue su hogar." (LA BUTACA)
Tras ver la película se te queda una sensación de dejavú de "Los otros" ya que juega con unos elementos parecidos, personajes, situaciones, escenarios... y eso defrauda un poco, sobre todo después de toda la publicidad que le han dado. ¿Película para Oscar? quieren repetir el Oscar que se llevo Amenábar, pero no lo conseguirán. La película es buena, pero tantas reminiscencias quitan el factor "originalidad" con el que contaba la película en la que aparecía Nicole Kidman.
Al igual que "Los otros", no es una película de miedo, más bien de susto, aunque lo de thiller no es una mala etiqueta. Pero no me termina de convencer, ¿el motivo? que es demasiado previsible. No hay incertidumbre, intriga, todo es de pura lógica, y eso resulta frustrante cuando llevas una idea predeterminada (un consejo, no lo hagáis nunca).
Y aunque pueda parecer que no me haya gustado nada, todo lo contrario. Me ha gustado bastante la película. Unos sustos bien pensados, algunos previsibles, otros no. Una buena banda sonora y una buena actuación del niño. La historia, vista desde el punto más profundo, es decir, dejando a un lado lo posible de "sobrenatural" que haya en la película, es muy bueno. Profundiza en el dolor de una madre, y sin duda, el final me parece muy acertado (y espléndido para mi gusto).
Más puntos a favor: la aparición de Geraldine Chaplin me ha gustado bastante, no tanto por el papel que desempeña sino por el aura que rodea a esta gran mujer. La evolución del personaje de Laura y la brillante actuación de Belén Rueda sin duda, para mi, es lo que realmente merece de esta película. Ese paso de locuacidad a la decrepitud de la locura, esa desesperación por un hijo desaparecido... es lo único por lo que merece la pena verla, sin duda, debería llevarse algún premio.
Pero el Oscar a mejor película extranjera... Sinceramente, deberían elegir otra película que representara a España para tal menester...
Me quedo una frase que dice Geraldine Chaplin: "No se trata de creer para ver, sino de ver para creer. Crea y entonces verá" Fundamento básico de cómo la gente, por miedo, fé, etc, es capaz de ver cosas donde quizá no las haya... ¿o si?
Princesas (2005)
País: España.
Año: 2005.
Género: Drama.
Interpretación:
- Candela Peña (Caye)
- Micaela Nevárez (Zulema)
- Luis Callejo (Manuel)
Producción: Fernando León de Aranoa y Jaume Roures.
Música: Alfonso de Vilallonga y Manu Chao.
SINOPSIS: "Ésta es la historia de dos mujeres, de dos putas, de dos princesas. Una de ellas se llama Caye (Candela Peña), tiene casi treinta años, el flequillo de peluquería y un atractivo discutible, de barrio. Zulema (Micaela Nevárez) es una princesa desterrada, dulce y oscura, que vive a diario el exilio forzoso de la desesperación. Cuando se conocen están en lugares diferentes, casi enfrentados: son muchas las chicas aquí que ven con recelo la llegada de inmigrantes a la prostitución. Caye y Zulema no tardan en comprender que, aunque a cierta distancia, las dos caminan por la misma cuerda floja. De su complicidad nace esta historia."
Aunque pueda parecer una película simple con un argumento algo convencional, es una película llena de pequeños matices, pequeños momentos carismáticos. Las interpretaciones de las dos actrices principales a mi me parecen sencillamente brillantes. Han sabido transmitir con la mirada lo que ambas sentían: Caye, soledad, Zulema, añoranza. Y aunque sus vidas sean harto distintas y lo único que las una en un principio sea su profesión, las conversaciones que se entretejen entre ellas crean un vínculo especial, imperceptible pero irrompible.
Un punto favorable de esta película es que no se centra en una sola historia como es la prostitución, situación dramática de por si. Ha tratado otros temas de similar problemática y que deben preocupar por igual tanto a gobiernos como a personas. La violencia de género, la inmigración ilegal, el machismo, el racismo, la muerte de un ser querido... Y todo ello mezclado en una armoniosa historia donde los sueños se confunden con la cruda realidad. Porque ellas son putas y son princesas.
Para mi, lo mejor de la película ha sido, aparte de la calidad de las interpretaciones de las actrices, la música que acompaña a esta historia pero, sobre todo, los monólogos de Caye y Zulema sobre sus sentimientos, sus situaciones... Me han emocionado, y eso me pasa en contadas ocasiones con una película.
De uno de los tantos monólogos que me han calado dentro, extraigo una frase con la que me emocioné profundamente: "Yo creo que lo peor es que no haya vida después de la muerte, lo peor sería que hubiera otra vida que fuera como esta"
María llena eres de gracia (2004)
Países: USA y Colombia
Año: 2004
Género: Drama
Interpretación:
- Catalina Sandino Moreno (María)
- Yenny Paola Vega (Blanca)
- Guilied López (Lucy)
Producción: Paul Mezey
Música: Jacobo Lieberman y Leonardo Heiblum
SINOPSIS: "María (Catalina Sandino Moreno) tiene 17 años, vive en una pequeña ciudad al norte de Bogotá y comparte casa con su madre, su abuela, su hermana y su sobrino. María trabaja en una enorme plantación de rosas junto con Blanca (Yenny Paola Vega), su mejor amiga. María es muy impulsiva. Un día discute con uno de sus jefes y se despide. Su familia, que no sabe que está embarazada, no entiende por qué. Al probar suerte en la ciudad se topa con Franklin (Jhon Alex Toroque le habla de un empleo como correo. María entiende enseguida que se trata de pasar drogas a Estados Unidos, tragando paquetitos de heroína. Lucy (Guilied López) ya ha hecho el viaje dos veces con éxito y enseña a María cómo prepararse físicamente y también lo que debe hacer si las cosas salen mal. Unos días más tarde, las dos amigas suben a un avión con destino a Estados Unidos, María lleva 62 paquetitos en el estómago..." (LA BUTACA)
Sin duda es una película que me ha sorprendido gratamente ya que siendo una coproducción norteameticana y colombiana no albergaba grandes esperanzas. Pero, sin duda, la actriz principal, el la cual se centra la historia, Catalina Sandino, ha demostrado ser un gran descubrimiento.
El argumento está bien tratado, sin caer en dramatismos personales pero reflejando una realidad muy palpable, la realidad de Latinoamérica. Las situaciones especialmente dramáticas no las resaltan con la intención de llegar al corazón, sino de llegar a la conciencia, pero sin llegar al "adoctrinamiento" político.
A mi, personalmente, me ha parecido una película muy buena. Os dejo que juzgueis vosotros mismos.
Goodbye, Lenin! (2003)
País: Alemania
Año: 2003
Interpretación:
- Daniel Brühl (Alex)
- Katrin Sass (Madre de Alex)
- Chulpan Khamatova (Lara)
- Maria Simon (Ariane)
- Florian Lucas (Denis)
Guión: Bern Lightenberg.
Música: Yann Tiersen.
SINOPSIS: "Octubre de 1989 no era el mejor momento para entrar en coma si vivías en Alemania Oriental y eso es precisamen-te lo que le ocurre a la madre de Alex (Daniel Brühl), una mujer orgullosa de sus ideas socialistas. Alex se ve en-vuelto en una complicada situación cuando su madre des-pierta de repente ocho meses después. Ninguna otra cosa podría afectar tanto a su madre como la caída del Muro de Berlín y el triunfo del capitalismo en su amada Alemania Oriental. Para salvar a su madre, Alex convierte el apartamen-to familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socia-lismo en el que su madre vive cómodamente creyendo que nada ha cambiado. Lo que empieza como una pequeña mentira piadosa se convierte en una gran estafa cuando la hermana de Alex y algunos vecinos se encargan de mantener la farsa para que la madre de Alex siga creyendo que al final ¡Lenin venció!" (LA BUTACA)
Una comedia simpática que sirve para hablar de las mentiras por amor, y en este caso, las que se hacen para salvar una vida, la vida de la persona quien te la dio. Un retrato de las relaciones madre-hijo, un retrato de los sufrimientos que conlleva un familiar en coma, un retrato de una época: la caida del muro de Berlín. Este relato familiar sirve de transfondo para una crítica audaz tanto al capitalismo como al comunismo. Sacan lo bueno y lo malo de cada situación y saben tratarla con simpatía y buen gusto, sin caer en tópicos ni dramas.
Y con un final que sólo el cine europeo es capaz de hacer.
Película hecha con buen gusto. Recomendada queda.
jueves, 4 de octubre de 2007
Mirar atrás
Hay veces que te pasas la vida mirando atrás. Te despides de una persona, y miras atrás para ver cómo se aleja. La contemplas mientras sonríes, exterior o interiormente. O la contemplas mientras te mueres de dolor y sufrimiento por dentro. Cuando esto último sucede, es porque hay un problema, y tú quieres una solución. Porque piensas que esa solución existe. Que es posible. Y mientras contemplas cómo esa persona se aleja de ti, piensas en que la próxima vez será diferente. Que no discutiréis. Que sólo habrá palabras de cariño, acompañadas por caricias de complicidad. Que serás feliz.
Y cada vez que miras atrás, piensas que, efectivamente, serás feliz. Pero esa felicidad nunca llega. A lo máximo que aspira es a seguir siendo un futuro de indicativo. Podría ser peor: podría ser un condicional perfecto, y que lamentaras constantemente lo que podría haber sido. Tú aún no lo sabes, pero con el tiempo terminarás lamentándolo.
Y mientras tu persona se aleja, a ti se te encoge el estómago, el corazón e incluso la vejiga. Y piensas que en el futuro será diferente. Y mientras tú fantaseas con el futuro, el tiempo presente aleja a esa persona más de ti, un paso detrás de otro. Sólo que no te das cuenta de que, con esos pasos, la persona no se aleja cada vez más por la calle. Se aleja cada vez más de vuestra relación. Pero es demasiado pronto, y tú aún no te das cuenta.
Y pasa el tiempo… Ya has visto alejarse una y otra vez a tu persona, siempre volviendo la vista atrás, siempre pensando en el futuro… y te das cuenta de que llevas demasiado tiempo pensando en ser feliz en el futuro en vez de ocuparte de ser feliz en el presente. Pero has puesto tantos pensamientos en esa persona, has puesto tantas ilusiones en ella, has mirado tantas veces atrás… que eres incapaz de asumir que has derrochado todo ese tiempo, por lo que sigues dispuesto a derrochar otro tanto. Y, entre tanto, la persona se aleja por la acera mientras tú la observas con el estómago y el corazón encogidos, y tal vez la vejiga.
Y vuelve a pasar otro tanto tiempo, y sigues con los mismos objetivos. Tienes los mismos objetivos, pero no tienes la ilusión, ni la fuerza, ni las ganas de antaño. Luchas porque necesitas agarrarte a un clavo ardiendo, pero en realidad casi has perdido la esperanza. Estás sumamente cansado, superlativamente harto e injustamente vacío. Pero piensas que, después de todo, serás feliz. Porque todo lo que has estado sufriendo, todo lo que sufres, tiene que servir para algo. Ese es tu clavo ardiendo.
Y tiempo después ya has perdido la fe, y la esperanza baila en el límite entre la existencia y la no existencia. Has adoptado una actitud pasiva. Tienes claro que tú ya no puedes hacer nada más, porque lo has hecho todo. Has quemado todos los cartuchos. Has agotado todos tus recursos. Y lo único que crees que puede hacer que seáis felices es que esa persona cambie de actitud. Y has sufrido tanto y estás tan agotado de luchar que no sabes si prefieres que cambie o que no. Ya casi te da igual.
Y un día la persona inicia un mínimo acercamiento, y vuelves a poner todas las ganas y la ilusión… casi como al principio. Pero el espejismo es efímero, y al poco tiempo te encuentras tan desesperanzado como siempre. Y con el tiempo acabas llegando a la conclusión de que esa persona no merece tu tiempo ni tus atenciones, ya que no ha sabido corresponderlas. Ya que ni una sola de las veces ha mirado atrás. Pero te queda el resquemor de que es lo mejor que has conocido, y tú, siempre pensando en el futuro, te niegas a rechazar la posibilidad de una efímera felicidad. Pero cada vez estás más cerca.
Y un tiempo después, con la esperanza colgando de una soga, tu corazón en una mano, el estómago en la otra, la vejiga incapaz de contener la presión y las lágrimas huyendo del lagrimal, te das cuenta de que aunque haya sido lo mejor que has conocido, eso no niega que pueda existir otra persona mejor. Otra persona que te haga más feliz. Una felicidad más duradera y menos hipotética. Ya no quedan esperanzas para esa persona, y no es justo negarle a tu felicidad el depositarlas en otra. Primero te lamentas por lo que no ha sido. Y luego decides cerrar la puerta.
Y después de un tiempo, lo haces: depositas tus ilusiones en una nueva persona que te aporta tanto como la antigua. Cuidas que no se propicie una situación como las vividas con la persona anterior. Procuras que no haya errores. Cada vez que os veis todo está bien, el tiempo en compañía del otro vuela… y llega el momento de despediros. Un gesto de cariño, una sonrisa, y partís en direcciones opuestas.
Y cometes un error. Miras atrás.